FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
De que amanece un nuevo mes de Septiembre para nuestra Hermandad es sinónimo de Devoción, pues todo el barrio y un pueblo, nos vamos a reunir frente el pilar fundamental de la Cofradía; y ese pilar es nuestra Madre, María Santísima de los Dolores. La cuál va a bajar su retablo y se acercará nuevamente a todos sus hijos e hijas que durante todo un año la han estado esperando. La Santísima Virgen permanecerá en besamanos los días 13, 14 y 15 de Septiembre, para que todo el que lo deseé, pueda estar unos minutos frente a ella, besarla y tocarla. Serán días cargados de muchos sentimientos encontrados frente a la figura materna del barrio de Santa Ana, que pondrá su broche de oro el día 15 de Septiembre, en el cuál se celebrá el día grande de la Virgen, donde se comenzará con el rezo del Santo Rosario, seguidamente se realizará una oración sobre la figura de María en sus 7 Dolores, finalizando el acto con la jura y entrega de medallas a los nuevos hermanos de la Cofradía y un reconocimiento para los hermanos que cumplen 25º y 50º en la Hermandad, dando por concluido el acto y sus cultos, tras el rezo de la Salve y un fuerte: ¡Viva la Virgen de los Dolores!
¿Hacia dónde caminas silenciosa?
En la noche de abril limpia y serena
El corazón transido por la pena
Absorta en tu agonía dolorosa
¿Hacia dónde caminas Madre hermosa?
Desvalida bajo un palio de seda,
Llevando en tu regazo aquella estrella,
Que el sueño de Israel forjó entre rosas
Te miro con el alma dolorida
Abrazada a tu cruz devastadora,
Y adivino en tu cara las auroras
Que han de cambiar el rumbo de la vida
Te miro con el alma estremecida
Como un faro en la noche sin estrellas,
Mientras se oye a tu paso una saeta
A tu pena doliente inmerecida
Vas herida de muerte y sin consuelo
Por el duro calvario de la vida.
Tú que fuiste del cielo la escogida
Para alumbrar al mundo a un Dios tan bueno
¡Que infinita locura, que tormento
En este viernes santo te devora.!
¡Como quisiera Madre en esta hora
¡Paliar esa agonía de tu aliento!
Mas la fe que es tu paz y tu alimento,
Apacigua tu cruz desgarradora.
Esa cruz tan doliente y redentora
También calma tu enorme sufrimiento.
Con que resignación miras al cielo,
Que entrega tan humilde y redentora,
Que misterio en tu rostro me enamora
Mirándote desvalida ente el madero.
Acógelo en tu seno, Madre Hermosa,
Acógelo en tu seno, enternecida,
Sabes que Él es la Gloria Prometida
Y calma tu agonía Dolorosa.
Fdo: Antonia Naranjo