ERMITA DE SANTA ANA
Orígenes de la ermita
La ermita de Santa Ana nació en el año 1596, época donde llegaron a nuestra localidad los primeros franciscanos descalzos que fueron instalados provisionalmente en esta ermita de Santa Ana para pasar posteriormente a la casa "Clavería de Calatrava". Uno de los vestigios que se conserva actualmente para datar a la ermita según aquella época es a través de su campana, en cuyo bronce se puede leer la frase "ORA-PRO NOBIS", de 1695.
Estructura y composición de la ermita
En cuanto a su construcción es sencilla, teniendo una planta rectangular, un tejado a dos aguas con cubierta árabe que descansa sobre un artesonado simple de tirante de madera. Su fábrica es de mampostería y tapial con zócalos de cantería.
La ermita dispone de dos accesos para poder entrar a su interior, uno principal a los pies (calle Travesía de Santa Ana), formada por un vano rematado por un arco carpanel; y un acceso secundario (calle Santa Ana) que está formado por un vano adintelado con jambas de ladrillo, dintel y zapatas de madera, que se abrió con posterioridad.
La fachada principal es de estilo renacentista y la portada está situada sobre el eje central, flanqueado todo ello por dos ventanas de arcos de medio punto, que iluminan el interior de forma simétrica. Además, en el siglo XVIII, se añadió a su fachada en la portada secundaria el único motivo decorativo de estilo rococó. Un relieve adintelado con pilastras adornadas, rosetas y un frontol curvilíneo, que alberga en su interior un corazón de piedra con la inscripción "LA SACRA FAMILIA". El corazón, rodeado por un haz luminoso en forma de rocalla, presenta en sus extremos a 4 querubines y en cuya parte central aparece una corona y un mascarón.